jueves, 18 de enero de 2018

La Gota

La Gota


¿Qué es la gota?

La gota es una enfermedad reumática que afecta con  mayor prioridad la articulación del primer metatarso, es decir, del dedo gordo del pie, aunque también puede afectar cualquier otra articulación del cuerpo.  Se caracteriza por causar dolores fuertes, inflamación e hipersensibilidad de la zona afectada.
Alrededor de un 5% de los casos de artritis son debido a ataques de gota.

 ¿Qué causa la gota?

La gota se causa por la acumulación de acido úrico en el cuerpo.
El ácido úrico es una sustancia de desecho celular que debe ser eliminada por los riñones.
Cuando el acido úrico no se elimina totalmente no siempre ni necesariamente  quiere decir que el problema esté directamente relacionado con un mal funcionamiento de los riñones, y que haya un problema renal de fondo, tal como una insuficiencia renal. 
En algunas ocasiones lo que sucede es que el cuerpo produce demasiado acido úrico que por lo tanto, es más difícil de eliminar, aunque tampoco debe olvidarse la posibilidad de un  problema con los riñones.
  
Algunos alimentos aumentan el acido úrico en el cuerpo y pueden desencadenar episodios de gota. Dentro de estos podemos mencionar: hígado, salmón, sardinas, y por supuesto el licor,  en especial el whisky.
Cuando los cristales de acido úrico no se eliminan por completo, se alojan en los espacios intrarticulares de diferentes articulaciones, con una gran predilección por la articulación del dedo gordo del pie.
Estos cristales actúan como un “cuerpo extraño” que desencadenan la activación de una serie de mecanismos celulares y liberación de sustancias químicas por parte de éstas responsables de la inflamación.

Síntomas y diagnostico de la Gota

Los síntomas de la gota se han dividido en cuatro fases que generalmente son consecutivas:
  1. Elevación del ácido úrico sin síntomas
  2. En esta fase a pesar de que el ácido úrico está elevado, las personas no tienen ninguna molestia. Puede durar hasta 10 o más años antes de dar síntomas y no siempre acaba produciendo la enfermedad.
  3. Gota aguda
  4. Es la forma de comienzo en la mayoría de los casos. Se caracteriza por la aparición brusca, a menudo durante la noche, de intenso dolor e inflamación en una única articulación, generalmente del pie (dedo gordo, empeine del pie), tobillo y con menos frecuencia la rodilla. Al principio los ataques ceden en 3 a 7 días y el siguiente ataque puede ocurrir en meses, años o no repetir nunca.
  5. Fase entre ataques
  6. Al principio y después de un ataque, los pacientes quedan completamente libres de síntomas pero a medida que los ataques se repiten, el tiempo entre ellos es menor y van quedando molestias residuales aunque la inflamación haya desparecido.
  7. Gota crónica o tofácea
  8. Se produce después de años de ataques agudos. Se caracteriza por la presencia de los tofos, que son depósitos de ácido úrico que pueden ser visibles en orejas, codos, dedos o tendones. En esta fase, los ataques pueden afectar a cualquier articulación o a varias a la vez. Los ataques duran más tiempo y se pueden producir deformaciones articulares por destrucción del hueso, debido a los  tofos que se localizan en su interior. Esta fase nunca aparece si el paciente está correctamente tratado.
El riñón se afecta en algunos pacientes después de años de padecer la enfermedad y generalmente en personas mayores y cuando hay otras enfermedades asociadas como la hipertensión arterial, la diabetes o infecciones repetidas, personas con cálculos renales y con antecedentes de cólicos nefríticos.

Tratamiento

Con el tratamiento correcto, la mayoría de pacientes  con gota pueden controlar bien sus síntomas.
Las altas dosis de las antiinflmatorios no estereoideos (AINES) y las inyecciones de las corticoesteroides en las articulaciones afectadas son los tratamientos médicos más comunes.
La colchicina o colquicina se puede utilizar en caso que los AINES no controlen los síntomas, pero tienden a causar más efectos secundarios.
Es importante que los pacientes aprendan sobre su enfermedad y participen en su propio cuidado. Las técnicas del cuidado a uno mismo, incluyen; a la educación de la artritis, programas de ejercicio, control de la tensión, comidas balanceadas y manteniendo del peso apropiado.
La terapia física ayuda en el tratamiento de la gota,  controlando los síntomas de la inflamación de la articulación mediante agentes físicoselectroterapeuticos o mecánicos.
También, si la persona tiene un tofo abierto, la terapia física colabora en el cuidado de la piel para el cierre de la úlcera, ya sea con el uso de láser terapéuticomicrocorrientesUltrasonido terapéutico o  incluso, con masajeespecífico para mejorar la circulación alrededor de la herida.
Por otro lado, también trabaja la movilidad articular para evitar pérdida del rango articular de movimiento de la articulación afectada, y mediante ejercicios de educación y corrección postural, o bien, con la ayuda de ortesis, la Terapia Física  trata y/o evita desviaciones posturales en la articulación afectada que pueden aumentar el dolor y disminuir la calidad de vida el paciente.

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